Este crecimiento puede condicionar un obstáculo para la salida de la orina, provocando síntomas obstructivos: chorro flojo y entrecortado, necesidad de presión abdominal al miccionar, retardo en el inicio de salida de la orina o goteo terminal, y nicturia (levantarse por la noche 2 o más veces para orinar).
También pueden producirse síntomas de llenado, que son aquellos que se desencadenan mientras la vejiga se está rellenando de orina: deseo miccional continuado, imperiosidad y urgencia miccional, con o sin incontinencia, y aumento de la frecuencia de las micciones. Por último, puede aparecer los llamados síntomas postmiccionales, como la sensación de vaciado la vejiga de manera incompleta, y el goteo tras haber acabado la micción.