Disfunción eréctil

Disfunción eréctil

La disfunción eréctil (DE) consiste en la imposibilidad de conseguir una erección suficiente para la penetración, o en el caso de conseguirse, ésta no se mantiene con una rigidez suficiente para conseguir tener una relación sexual satisfactoria.

Habitualmente esta alteración tiene un desarrollo constante y progresivo, con una duración mínima que se establece en unos 3 meses. Afecta hasta al 50% de los pacientes entre 40 y 70 años (datos variables según los distintos estudios). Su frecuencia aumenta claramente con la edad, pero existen casos y tipos que pueden observarse en gente más joven.

Factores de riesgo de la disfunción eréctil

Existen una serie de factores de riesgo que predisponen a padecer esta patología. Algunos de ellos son inherentes al paciente, es decir, no es posible modificarlos: edad avanzada, enfermedades neurológicas, alteraciones de la anatomía del pene. Otros, sin embargo, son modificables, es decir, podemos actuar sobre ellos para prevenir o retrasar la aparición de la disfunción eréctilobesidad, diabetes mellitus, niveles altos de colesterol y triglicéridosvida sedentariatabaquismosíndrome metabólico.

Estos factores de riesgo son los mismos que predisponen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la enfermedad vascular generalizada (infarto de miocardio, infarto cerebral, enfermedad de los grandes vasos sanguíneos).

Esta relación se debe a que en las primeras fases de la arterioesclerosis se produce una pérdida de óxido nítrico en las arterias de todo el organismo. El óxido nítrico es necesario para la obtención de la erección, viéndose por ello afectada. Se han realizado investigaciones en este campo, cuyos resultados señalan que la aparición de disfunción eréctil puede preceder a la aparición de eventos cardiovasculares en unos 2-3 años de media.