Priapismo: diagnóstico y tratamiento

La Unidad de Andrología de Urología Tratamiento, UT-ANDRO, ha desarrollado el capítulo sobre el diagnóstico y tratamiento del Priapismo para el Tratado de Urología de la AEU. Esta obra de referencia dirigida, principalmente, a los profesionales de la Urología, es una herramienta de consulta donde encontrar información de calidad elaborada por expertos.

La plataforma cuenta con numerosos recursos digitales, gráficos y visuales como artículos de texto, imágenes y vídeos con el objetivo de actualizar el conocimiento urológico de los profesionales sanitarios. En este sentido, nuestros especialistas, como expertos en las distintas patologías urológicas, contribuyen a la incorporación de nuevos contenidos y actualización de los mismos.

Ejemplo de ello es el capítulo dedicado al priapismo, un contenido que sirva de guía para comprender, diagnosticar y tratar esta afección.

Priapismo: definición y tipos

El priapismo es una condición patológica caracterizada por una erección que se prolonga más de 4 horas en ausencia de estímulo sexual. «Su incidencia en la población general es baja, pues oscila entre 0,5 – 1,5 casos por cada 100.000 varones, aunque aumenta considerablemente en ciertos subgrupos como aquellos con anomalías hematológicas», explica el Dr. Manuel Alonso, especialista en UT-ANDRO.

Tradicionalmente, se han definido 3 subtipos de priapismo:

  • Isquémico (bajo flujo). Este tipo de priapismo es el más frecuente y se considera una emergencia urológica. Se produce cuando la sangre queda atrapada en el pene, presentando una erección persistente, dolorosa y de máxima rigidez, caracterizada clínicamente por un flujo sanguíneo cavernoso escaso o nulo. La ausencia de flujo arterial ocasiona el desarrollo de hipoxia, acidosis y glucopenia que causan disfunción y necrosis del músculo liso.
  • No isquémico (alto fujo). El priapismo no isquémico se presenta como consecuencia de un aumento del flujo arterial no compensado que ocasiona una erección persistente y no dolorosa. El riesgo de necrosis del músculo liso y posterior fibrosis es bajo, debido a que la sangre dentro del cuerpo cavernoso está bien oxigenada. Una causa frecuente de este tipo de priapismo es un traumatismo o lesión en el pene, la pelvis o el perineo.
  • Recurrente (intermintente). Este tipo de priapismo es el menos común y se caracteriza por la presencia de erecciones dolorosas de repetición, generalmente de corta duración y autolimitadas. En ocasiones, las erecciones pueden ser más prolongadas, debiéndose tratar como una urgencia urológica. Además, suelen producirse durante el sueño, no resolviéndose al despertar. Las causas más frecuentes son la anemia de células falciformes, las neoplasias hematológicas y las enfermedades neurológicas. 

Priapismo: diagnóstico

A menudo, el diagnóstico de priapismo es evidente y puede deducirse de una breve historia y un examen físico. No obstante, es esencial discernir entre el priapismo isquémico y no isquémico, ya que requieren estrategias de tratamiento diferentes. Para ello, tal y como indica el Dr. Alonso, «además del examen físico, la gasometría de la sangre obtenida del pene puede ser útil para discriminar entre los dos subtipos más frecuentes». También se recomienda la ecografía Doppler de pene y periné para diferenciarlos.

Priapismo: tratamiento

El objetivo del tratamiento clínico de esta patología es resolver la erección persistente y preservar la capacidad eréctil a largo plazo. Aspiración o fármacos como tratamientos de primera línea, derivaciones peneanas (percutáneas distales, distales abiertas, abiertas proximales y venosas) como tratamientos de segunda línea o el implante de prótesis de pene como tratamiento de tercera línea son algunas de las opciones terapéuticas para resolver el priapismo isquémico.

Priapismo diagnóstico y tratamiento

«El tratamiento definitivo para priapismo no isquémico o arterial debe ser discutido con el paciente y debemos asegurarnos de que comprende los riesgos y las complicaciones asociadas», señala el Dr. Alonso. Algunos tratamientos conservadores como el hielo y la compresión específica del sitio a la lesión son parte del manejo inicial.

Si el priapismo arterial no se resuelve espontáneamente dentro de los seis primeros meses o el paciente solicita tratamiento, «se puede llevar a cabo la embolización arterial selectiva utilizando materiales absorbibles o no absorbibles», afirma el Dr. Alonso. En caso que existan contraindicaciones para la embolización, ésta falle o no haya disponibilidad para realizarla, se considerará la opción del tratamiento quirúrgico.

Finalmente, el priapismo recurrente puede ser manejado, en la mayoría de los casos, con tratamiento farmacológico. Ante una mala respuesta al tratamiento profiláctico, se puede ofrecer la terapia de auto-inyecciones intracavernosas para el control de los episodios agudos. «En los casos refractarios al tratamiento médico, los episodios agudos se tratan de la misma forma que el priapismo isquémico, considerándose una urgencia médica que precise recurrir a la cirugía o el implante de una prótesis de pene», concluye el Dr. Alonso.