El diagnóstico de la hiperplasia benigna de próstata precisa de una historia clínica detallada.
A la hora de valorar la sintomatología y su intensidad es muy útil rellenar algún cuestionario clínico validado, como el IPSS (que consta de 8 preguntas en total), y que ayudará a establecer la situación clínica de forma lo más exacta posible.
En la exploración física, es imprescindible realizar un tacto rectal, que nos informará del tamaño aproximado y la consistencia de la próstata, ayudando a descartar otras patologías. Además, habitualmente estos datos se acompañan de un análisis de sangre, un análisis de orina, una flujometría y una ecografía de aparato urinario.