La hemospermia o hematospermia es la presencia de sangre en el semen. Su incidencia es relativamente rara, suponiendo un 1% de las consultas en urología y casi el 75% de las veces supone un único episodio.

De cara a valorar el origen de la presencia de sangre en el semen y su pronóstico debemos diferenciar a los paciente menores de 40 años, cuya incidencia es mayor y corresponde con un signo indoloro, autolimitado y benigno (inflamatorio-infeccioso), de los pacientes mayores de 40 años que puede suponer, aunque en raras ocasiones, un signo de alguna patología oncológica, ya sea de próstata, testículo o vesículas seminales.

La hemospermia se puede clasificar de diferentes maneras según:

AspectoMacroscópica, es decir, perceptible a la vista
Microscópica, hallado en un espermiograma del paciente.
CausasPatológica: de causa infecciosa, inflamatoria o tumoral del tracto urogenital y por enfermedades sistémicas.
Funcional: por excesos sexuales, coitos interrumpidos o por abstinencia sexual prolongada.
Idiopática: en los casos en los que no se encuentra una causa definida
FrecuenciaRecurrente: cuando persiste durante más de un mes o está presente en más de 10 eyaculaciones.
Aislada: aparece sólo en un episodio.

Clasificación de la hemospermia

¿Por qué ocurre la hemospermia?

Hasta hace relativamente poco, entre un 30% y un 70% de los casos eran etiquetados como idiopáticos (sin causa aparente). Hoy en día, esa cifra ha disminuido gracias a la información que podemos obtener con las pruebas de imagen.

Causas prostáticas:

Causas en las vesículas seminales:

Causas uretrales:

Causas testiculares:

Causas traumáticas:

Enfermedades sistémicas:

Otras causas:

¿Cómo se diagnostica la enfermedad que está causando la hemospermia?

Evaluación en consulta

Debe registrarse la duración de los síntomas, los síntomas asociados (hematuria, clínica miccional, secreciones en el pene) y la asociación con la actividad sexual.

Buscaremos específicamente sobre trastornos conocidos de la próstata, antecedentes de exposición a tuberculosis o HIV, factores de riesgo para las ETS (relaciones sexuales sin protección, múltiples parejas sexuales), trastornos hemorrágicos conocidos y enfermedades conocidas que predispongan a las hemorragias (por ejemplo, cirrosis).

En cuanto a los fármacos utilizados, debe registrarse el uso de anticoagulantes o antiplaquetarios.

Se deben evaluar y palpar los genitales externos para detectar signos de inflamación (eritema, masa, dolor a la palpación), especialmente a lo largo del epidídimo. El tacto rectal permite examinar en la próstata cualquier aumento de tamaño, sensibilidad incrementada o tumoración.

Estudios complementarios

En la mayoría de los casos, especialmente en hombres de menos de 35 o 40 años, la hematospermia es casi siempre benigna. Si no se encuentran anomalías importantes en el examen físico (incluyendo el tacto rectal), debe realizarse un análisis completo de orina, un urocultivo y un análisis para ETS, pero no son necesarios otros estudios.

Los pacientes que pueden tener un trastorno de base más grave y que deben ser estudiados con más detalle son los que presentan:

Estos signos son especialmente preocupantes en varones de más de 40 años. Las pruebas por realizar son análisis de orina completos, urocultivo, detección del antígeno prostático específico (PSA) y una ecografía transrectal. A veces, se usan la RM y las citoscopias. Rara vez está indicado un análisis del semen, que puede ser útil cuando los antecedentes de viajes indican una posible exposición a S. haematobium.

Tratamiento de la hemospermia

Ante casos de hemospermia es necesario acudir al especialista para que realice un diagnóstico preciso y diseñe un tratamiento dirigido a casa caso.

El tratamiento se dirige a la causa, si esta se conoce. Para casi todos los pacientes, la única intervención necesaria consiste en darles la seguridad de que la hematospermia no es un signo de cáncer y no afecta su función sexual. Si se sospecha una prostatitis, puede tratarse con antiinflamatorios y trimetoprim/sulfametoxazol u otro antibiótico durante 4 a 6 semanas.